Mientras los fabricantes invierten fortunas en dinero, recursos y tiempo para desarrollar vehículos que se puedan conducir sin ayuda humana, los humanos -léase compradores- parecen no estar interesados en el asunto.
Consumer Reports, una organización de reconocida trayectoria y seriedad, publicó un reciente estudio en el que solamente el 11 por ciento de los conductores que tienen intención de compra de vehículos nuevo so usados, quieren un automóvil equipado con tecnología de conducción autónoma.
El avance en la conducción autónoma en los últimos años es muy grande y se materializa en sistemas como los de parqueo y frenado autónomo, que ofrecen grandes beneficios, especialmente para la seguridad; sin embargo, los usuarios prefieren tecnologías menos sofisticadas como las cámaras de reversa, los sensores de proximidad y alertas de punto ciego.
Según el estudio, las cámaras y los sensores son algo importante para el 51% de los encuestados, las alertas de punto ciego lo son para el 45%, mientras que sistemas sofisticados como el Control de Crucero Adaptable es importante apenas para el 28%.
Las posibles causas de la impopularidad de los sistemas autónomos pueden ser varias y al ser algo nuevo para el público general, no hay suficiente información, pero algunas de ellas incluyen: falta de confianza en nuevas tecnologías, rumores de alertas falsas, falta de información sobre esos sistemas y falta de haberlos experimentado de primera mano.