BMW i4 El carro inevitable

Ante el indiscutible éxito de las camionetas, los antes dueños del mercado -los sedanes y coupés- son los grandes perdedores, con todo lo que eso trae, especialmente no perder más popularidad y eso significa inevitablemente, reingeniería

El BMW i4 es un eléctrico de lujo con esa claridad: ofrece un rendimiento potente, con una aceleración impresionante y una autonomía sólida. Su interior combina tecnología avanzada con materiales de alta calidad, y en cuanto a la conducción, pertenece a un reducido club de vehículos realmente emocionantes.

El Diseño Exterior

El diseño exterior del i4 fusiona elegancia y dinamismo, caracterizado por líneas fluidas y proporciones armoniosas. La inconfundible y enorme parrilla de doble riñón, enmarcada por un par de conjuntos de luces delgados, centra la atención. Las formas aerodinámicas y las curvas sugieren rendimiento, mientras que los detalles, como las llantas y las tomas de aire, aportan un toque distintivo. La paleta de colores sofisticada y las opciones de personalización permiten a los conductores expresar su estilo único, creando una experiencia visualmente impactante.

El Diseño Interior

El interior del BMW i4 es un agradable enredo de lujo y tecnología, con materiales de alta calidad y diseño que a pesar de estar centrado en el conductor, ofrece información para todos en la cabina, que estarán sentados en materiales premium, decorados en aluminio y superficies suaves. La pantalla del sistema de info entretenimiento iDrive se integra elegantemente, los asientos deportivos brindan comodidad y soporte, mientras que la iluminación ambiental configurable crea una atmósfera sofisticada. La sensación de modernidad se acentúa con funciones avanzadas de asistencia al conductor y conectividad, proporcionando una experiencia interior que combina confort, estilo y tecnología innovadora.

El Motor y la Transmisión

El BMW i4 está equipado con un sistema de propulsión totalmente eléctrico que ofrece un rendimiento potente y eficiente, siguiendo la tradición de BMW de dar tracción con las ruedas traseras. Su motor eléctrico proporciona una aceleración instantánea y una experiencia de conducción dinámica. La transmisión es de una sola velocidad, nada fuera de lo común para un vehículo eléctrico, eliminando la necesidad de cambios de marcha. Además, el i4 puede ofrecer diferentes niveles de potencia y autonomía, dependiendo de la configuración personalizable y brindando a los conductores opciones para satisfacer sus necesidades de rendimiento y alcance.

La Seguridad

El BMW i4 incorpora avanzadas características de seguridad para brindar protección a sus ocupantes. En realidad, nada nuevo en la marca que toma este asunto como parte fundamental de cada vehículo.
Entre sus elementos y opciones, hay sistemas de asistencia al conductor como el control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril y frenado automático de emergencia. También cuenta con tecnologías de prevención de colisiones y protección pasiva, como airbags múltiples y estructuras de carrocería diseñadas para absorber y distribuir la energía en caso de impacto, contribuyendo así a cumplir con los estándares de seguridad líderes en la industria y proporcionar una experiencia de conducción más segura.

La prueba de manejo

Aunque son muchos los eléctricos que ya se encuentran en la calle, siguen siendo aún una parte mínima del parque vehicular y todavía no son el pan de cada día. y a pesar de haber cosas comunes, como la aceleración inmediata, los eléctricos también son diferentes entre ellos.
Con esa aclaración, viene lo inevitable: Los sedanes deben competir por su parte de mercado y para eso hay que hacer una tarea fuerte que los carros como el i4 sirven de punta de lanza, con elementos como estos:

Volver común lo exótico: es un concepto enorme, pero el i4 lo muestra en cosas tangibles como la obediencia a lo que hace el conductor. Los vehículos térmicos de precio bajo ya logran desempeño de conducción sobresaliente y muy buena respuesta, pero no ocurre lo mismo con los eléctricos, que tienen que cargar con un gran peso adicional por las baterías. Ese punto, aunque obviamente mejorable, está muy resuelto en el i4.

Tecnología, tecnología, tecnología: Otro punto en el que no hay salida para ningún vehículo y especialmente para los sedanes: tienen que mostrar sus ventajas y la tecnología aplicada no solo a la comodidad de la cabina, -porque todos los vehículos van para allá-, sino a la conducción y a la eficiencia de la energía, es obligatoria para venderse en un mundo que los dejó a un lado.

Con esas claridades mínimas, difícilmente nos subimos al i4 a recorrer los alrededores de Bogotá con la grata sorpresa -que no fue mucha a decir verdad- de un sedán que seriamente lucha por sobresalir.

Comenzamos con subir a la cabina, que en realidad es bajar a la cabina. El i4 es un carro pegado al piso y entrar a él no es la tarea más simple, en particular para el conductor, quien una vez sentado olvida lo incómodo del ingreso. Algo así como los borrachos que olvidan el guayabo.

Luego, los permanentes cambios en las pantallas de información. El hecho de ser pantallas, las hace configurables; es decir, usted no encuentra como antes, los relojes con manecillas, sino el diseño particular de cada marca y de cada modelo para el tablero. Por ejemplo, me costó trabajo encontrar el odómetro, pues descubrí que solo se deja ver cuando el motor está apagado, aunque es posible que por alguna opción de configuración lo muestre de manera permanente. Eso se resuelve en los primeros minutos, cuando uno identifica qué hay y donde hay.

Pasados esos ligeros tropiezos, viene lo bueno: manejar el i4. Como lo dije, la mayor parte fue en carretera, donde muestra todas sus delicias sin ninguna timidez: acelera al punto que es imposible despegar la espalda del asiento, se agarra al piso sin piedad y frena impecablemente. Ese último punto es uno de los más fuertes del i4 -tal vez el más- y hay que aprender a usarlo, porque el primer momento de frenado se da al soltar el acelerador y ocurre en el aprendizaje que con frecuencia se suelta con mucha anticipación.

El presente de los carros premium es este i4 con todas sus delicias. El futuro es, que como ocurre con la tecnología y los vehículos, las gamas menores heredan de las mayores; es decir, los sedanes que vienen deben aprender gradualmente a portarse y a rendir como un i4 -habrá que ver cuales sí y cuales no-. Buen presente para quienes lo pueden comprar ya y buen futuro para los que por ahora, no.

Una respuesta a “BMW i4 El carro inevitable”

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