Por la austeridad física y de novedades, el Salón del Automóvil de Bogotá fue más feria que nunca, aunque hubo un protagonista claro: las marcas chinas.
En el pasado Salón del Automóvil de Bogotá los asistentes observaron varios fenómenos.
Uno de ellos fue la puesta en escena de una nueva dinámica que desde hace algunos años venía rodando, pero que ahora se conformó y lució en las fachadas de los pabellones.
Se trata de la consolidación de grandes grupos económicos que contienen varias marcas y que describen una especie de oligopolio corporativo en un mercado pequeño como el colombiano.
Es el caso de, por ejemplo, el grupo británico Inchape, del alemán Porsche Holding, del español Astara, de los colombianos, Vardí, Motorysa, GAC y Autogermana, y algunos más.
Este fenómeno hace más rentables las operaciones porque tales grupos económicos conforman equipos de trastienda (o el llamado back office), como aquellos de contabilidad, importaciones, servicios generales, etc., que sirven a cada una de las marcas que acogen.
Made in China
Unido a esta realidad brillaron por su calidad aparente y cantidad de marcas las delegaciones chinas. Aunque en el pasado salón Chery brilló por su innegable desarrollo de producto, ya para este fue opacada por BYD, Zeekr, GWM, GAC, Deepal y varias más que, en virtud de su diseño exterior e interior, y de su visible tecnología, dejó boquiabiertos a más de uno.
Pero surge la reflexión: hace unos 100 años sucedía el gran boom de las marcas de autos de combustión, especialmente en Estados Unidos y Europa. Surgieron decenas de ‘emprendedores’ que buscaban atraer clientes para asegurar el retorno de la inversión y fortalecer el negocio con miras a conformar verdaderas automotrices.
Abbott-Detroit, Ambassador, American Austin, AMC, Bantam, Cord, Checker, De Soto, Duryea, Hudson, Oldsmobile, Packard, Pontiac, Plymouth, Studebaker y un larguísimo etcétera fueron marcas de autos que nacieron y desaparecieron a lo largo del siglo pasado, lo cual indica que ninguna tiene el futuro asegurado por más auge que ocurra, y menos en una época como esta, en la que el consumidor está más informado y el capital puede trasladarse al ritmo de clics.
Cómo nos pareció el Salón
Aunque esa discusión se solucionó luego del primer encuentro de marcas en Corferias de principios de los 90, en el sentido de que se iba a llamar Salón, pero que igual se daba espacio a la venta, esta ocasión fue más Feria que nunca pues tanto por la provisión de los montajes por Corferias como por la austeridad de la mayoría de las marcas, el visitante en realidad asistió al concesionario multimarca más grande del país.
Para destacar
Corferias se esforzó por una mejor organización, tanto por el orden en los pabellones como por un mejor filtro de oportunistas de prensa; las marcas y sus concesionarios ampliaron las facilidades comerciales, como créditos inmediatos, información en línea, etc, que agilizan la tarea de vendedores y clientes.
No nos gustó
El exceso de uniformidad en pabellones y stands. Corferias podría ser un poco más flexible para la próxima cita, que preferiríamos que continuara anual, aunque al parecer hay consenso en las marcas de volver a la frecuencia bianual.
Hizo falta
En el recorrido de prensa notamos falta de preparación de los voceros a la hora de hablar de su muestra en exposición. Pocas marcas como BMW y Mini tuvieron un presentador con buen conocimiento de producto y un guion hecho con juicio.
Por mejorar
Para la próxima edición quisiéramos una mayor muestra de vehículos que no se encuentran en los concesionarios, como deportivos, exóticos, brand shapers, etc.
El formato de feria hace que las marcas solo lleven los vehículos de alta rotación, pero si se quiere tener algo de Salón el camino está entre los de exhibición.
Además, los servicios de las oficinas de prensa de las marcas brillaron por su mediocridad, salvo honrosas excepciones. En el gráfico publicamos un sondeo de opinión elaborado por la agencia Prensa Libre Comunicaciones quien preguntó a unos 15 periodistas de importantes medios de comunicación por la calidad del servicio de prensa prestado por las principales marcas.