Fuimos al concesionario acompañando a uno de nuestros lectores interesado en la Hyundai Tucson y estas fueron nuestras impresiones con la “vuelta a la manzana” que se da a los clientes.
Una visita a concesionario tiene la principal desventaja de estar en manos de un vendedor ávido. Conoce las características del vehículo y hace la tarea de hablar de él sin ninguna objetividad. Al final, lo que le interesa es la venta.
Eso para nosotros tiene grandes ventajas, porque nos permite oír y objetar los argumentos de alguien completamente parcializado.
Lo primero en la Tucson es, por supuesto, la reciente historia de la marca, que el vendedor cerró con un solo comentario: “eso es historia vieja, que ya se superó con el nuevo distribuidor en Colombia y que ha sido responsable atendiendo clientes, garantías y manteniendo un inventario adecuado de repuestos para los vehículos que se encuentran rodando en el país”. Además, la verdad sea dicha, Hyundai es una marca que se ha ganado un buen nombre gracias a que sus productos cumplen con la calidad que se espera de ellos.
Vamos al vehículo: La figura de la Tucson fue renovada recientemente y se ve fresca y actual. Su tamaño es adecuado para las necesidades de quienes vivimos en Colombia y tiene altura suficiente para ver y ser vista.
Iniciamos el corto viaje en el que queda claro que la Tucson no es un vehículo de carreras. Puede arrancar rápido en un semáforo, pero sin la certeza de ganar el pique a todos.
Adentro, hay mezcla de plásticos rígidos con materiales suaves, con buenos acabados y la cabina, de primera mano, es acogedora, la conexión del teléfono fue rápida y simple y el aire acondicionado se portó a la altura sin hacer un ruido exagerado.
Durante el recorrido, fuimos aseverando cosas: la Tucson es ciertamente familiar y cumple con amplitud en comodidad y espacio para todos los pasajeros. Rueda bien y con suficiencia: hablando nuevamente del motor, no es de carreras, pero no se queda corto ante las pendientes y la suspensión, ayudada por las ruedas de buen tamaño proporcionan una rodada suave, aún en las aporreadas calles bogotanas.
No tenemos aún información respecto a consumo, pero pronto esperamos darla a conocer.