Las direccionales muestran sus intenciones, pero hacer caso de ellas es asunto de los demás.
En este accidente el conductor del vehículo blanco, sin usar direccionales, cambia de carril y el vehículo de adelante, usando las direccionales pero no los espejos, hace lo mismo.
Uno ignora las direccionales del otro y el otro ignora sus propios espejos.
La conclusión es que las cosas que ambos dejaron de hacer, terminan ocasionando un accidente.
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