Algunas carreras se han ganado su sitio en la historia y en la mente del público por ser pruebas muy duras.
Las 24 horas de Le Mans desde su creación ha sido una carrera especial a la que todos los participantes hacen su mejor esfuerzo para llevar lo más selecto de su tecnología. Ganar en cada categoría es un privilegio de muy pocos y ni decir lo que representa obtener el primer puesto general.
A principios de los años 70, cuando aún se corría sin techo, la regulación sobre seguridad era mínima comparada con los estándares de hoy y las ayudas al conductor casi que se reducían al timón y los pedales, hubo un carro que ganó la famosa competencia tres años consecutivos: el Matra-Simca MS670, y lo hizo en 1972, 1973 y 1974.
Construido sobre un chasis de aluminio, tenía carrocería en fibra de vidrio y montaba un motor Matra de 3 litros con 12 cilindros en V, empatado a una caja manual de 5 marchas que llevaba el movimiento a las ruedas traseras.