Experimental Safety Vehicle o ESV es un título usado por Mercedes-Benz desde hace décadas y se relaciona, como su nombre lo indica en inglés, directamente con la visión futura de la marca respecto a la seguridad vehicular.
Pues la marca alemana ha develado un nuevo ESV basado en la nueva GLE mostrando algo de lo que nos espera en en futuras tecnologías de seguridad y que se incluirá en futuros modelos de producción.
El ESV basado en la GLE es completamente autónomo y como medida de seguridad, retrae el timón y los pedales dejando vía libre al airbag ubicado en el tablero, con el fin de reducir el riesgo de lesiones en caso de accidente.
En cuanto a seguridad infantil, incluye un sistema de seguridad preventiva que pretensiona el cinturón y activa los elementos de protección lateral, antes de un choque.
Hay también un sistema de frenado activo, capaz de detectar peatones y ciclistas alrededor de las esquinas y que se movilizan en la dirección en la que viaja el vehículo. Cuando el vehículo asume que el choque con ellos es inminente el conductor recibe una alerta visual y auditiva. Si no hay reacción oportuna de ellos, el vehículo inicia el proceso de frenado autónomo.
Otro sistema de protección detecta ciclistas en los puntos ciegos y evita que el conductor cambie de carril descuidadamente y de ser necesario, también inicia el frenado autónomo.
Hay también elementos aún extraños, como la parrilla que indica visualmente a los peatones lo que va a hacer el vehículo y lo más extremo: en caso de accidente, hay un pequeño robot que puede bajar del vehículo en caso de accidente, se ubica en la vía y actúa como triangulo de prevención.