De los Nissan GT-R, el R34 es en sí mismo una rareza, que va haciéndose más rara cuando se miran las ediciones limitadas que se produjeron; y al hablar de R34s únicos, los Z-Tune hay que buscarlos con lupa. Y de ellos, del que vamos a hablar requiere microscopio…
El Problema con los Z-Tune
Nissan y Nismo cocibieron el primer Z-Tune allá en 2003 para cerrar la producción de esa generación del R34 con broche de oro; sin embargo, hubo un pequeño inconveniente… cuando se dio luz verde a su producción, el R34 que servía de base, ya no se producía.
La solución de Nismo
Entonces Nismo, que no tenía intenciones de dejar las cosas así, compró 12 Skyline R34 GT-R V-Spec usados, cada uno con menos de 29,000 kilómetros y los convirtió en Z-Tune. Otros 7 carros no-V-Spec fueron entregados por sus dueños para ser convertidos a Z-Tunes. Con eso, se totalizaron 19 unidades, más 2 prototipos.
La Tarea de conversión
Las modificaciones necesarias se hicieron a todos los vehículos, de las cuales, la más relevante fue a los motores RB26DETT que recibieron una operación profunda, incluyendo el aumento de desplazamiento a 2.8 litros y a los turbocargadores; con eso, todos alcanzaron los 500 caballos exigidos a los Z-Tune.
Por supuesto, el rendimiento de 0 a 100 kilómetros por hora en 3.8 segundos, la velocidad máxima de 327 kilómetros por hora y el cuarto de milla en 10.06 segundos, fueron también condiciones cumplidas.
Todos los ejemplares fueron pintados en color plata, excepto uno que se mantuvo con el color Midnight Purple III.
El ejemplar más costoso
Dicho lo anterior, la historia remata con uno de los ejemplares plateados que fue a restauración en Japón.
En ella, recibió pintura Midnight Purple III y registró 477 caballos de potencia en el dinamómetro, para ser luego llevado a su hogar en Melbourne, Australia
Ese es probablemente el más costoso de todos los Z-Tune en existencia, valorado en más de 500 mil dólares.
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