El Renault Kwid, este carro que cambió las cosas para todos, tiene varias promesas para cumplir; aunque en realidad, más que promesas, son expectativas de los posibles clientes de un carro que está entre los 29 y los 35 millones de pesos por unidad.
Y llegó la hora de manejar el Kwid como debe ser. En su ambiente natural -la ciudad y el tráfico-.
La primera es el lema de ser “la SUV de los compactos”
En nuestro concepto, sí remeda las formas de la Duster en cuanto a la carrocería abombada y las claras líneas de la marca; también en la altura del piso, que es de mayores en su categoría, así como las ruedas son de las más grandes en su gama.
Pero estrictamente hablando y nuevamente es nuestro concepto, es compacta, pero no una SUV.
La segunda, es lo que Renault llama “habitabilidad”
Habitabilidad es una palabreja que se ajusta perfectamente a lo que son los carros de Renault en la gama superior al Kwid, como los Sanderos, pero especialmente hecha para el Renault Logan: un carro de magnífico espacio interior, cómodo en toda situación y con un baúl dificilmente superable.
Dicho esto, para considerar la habitabilidad del Kwid hay que tener en cuenta algunos factores:
Espacio interior:
Logramos comprimir cinco, pero fue una tarea dura en un recorrido corto y con gente de tamaño relativamente pequeño. Realmente el espacio interior es de los menores en su categoría y definitivamente, es un vehículo para cuatro ocupantes que irán razonablemente cómodos.
Visibilidad:
Los pasajeros delanteros -y mientras miren hacia adelante y los lados, irán de maravilla… lo que no ocurre, ni con los de atrás, ni con el conductor que requiere mirar hacia atrás, debido al pequeño vidrio trasero.
El sistema de info entretenimiento:
En la versión Outsider del Renault Kwid, la mejor equipada -y costosa-, el entretenimiento va por cuenta de Media Nav. Un sistema fácil de usar, pero con limitaciones, especialmente en cuanto a facilidades a la hora de conectarse. A eso, hay que agregar que el sonido que sale de los parlantes, no es de la mejor calidad y que el sistema adolece de una cámara de reversa que complementando lo anterior, es útil ante un reducido vidrio trasero.
Aislamiento de ruidos:
Una clara debilidad del Kwid. La falta de aislamiento de la cabina es notoria; los ruidos del ambiente exterior, sumados al del motor del 3 cilindros, vibrador y ruidoso por naturaleza se perciben de manera permanente.
La Tercera: Diversión
No cabe la menor duda que para el conductor, el Kwid es un carro divertido. A pesar del motor pequeño, Renault hizo un trabajo extraordinario con la caja -como siempre en este tema-y logró que el pequeño de tres cilindros mueva al vehículo con entusiasmo cuando se pisa el acelerador.
A la diversión hay que sumarle el estruendoso motor que se hace notar en el interior cada vez que sube de revoluciones. El efecto que produce el sonido del motor divierte, aunque después de un rato largo puede ser algo incómodo.
Vea: 5 curiosidades del Renault Kwid
La Cuarta: El consumo del Renault Kwid
Una fortaleza enorme. Los resultados fueron:
Consumo en ciudad: 58.24 kilómetros por galón
Consumo en carretera: 69.74 kilómetros por galón
Como siempre, indicamos que estos resultados los obtenemos en tráfico vivo de la ciudad de Bogotá y sus alrededores, por lo que no se ajustan a un método científico de laboratorio.
Finalmente, su relación Costo – Beneficio
Sin considerar más que el precio, el Kwid gana por el simple hecho de ser el carro nuevo de menor precio en Colombia y eso en sí mismo, es un punto a favor.
Vea: 5 fortalezas del Renault Kwid
A eso, hay que sumarle, restarle, multiplicarle y dividirle todo lo anterior, más la tolerancia y gusto individual. Pero no cabe la menor duda de que Renault se gana cada venta haciendo un buen esfuerzo, porque tiene competidores de mayor precio, pero con valiosas fortalezas, como el Kia Picanto.
