1. Estado de las llantas: verifique que estén en óptimas condiciones para que proporcionen mayor adherencia tanto en superficies secas como mojadas.
2. Presión de inflado: es esencial verificar la presión de inflado al menos cada 15 días para garantizar un rendimiento óptimo. Debe calibrarse según las recomendaciones del fabricante del vehículo y tomarse en frío.
3. Ubicación: ponga las menos gastadas o en mejor estado en el eje trasero para una mayor seguridad del vehículo.
4. Llanta de repuesto: asegúrese de que la llanta de repuesto esté en óptimas condiciones.
5. Alineación: la desalineación de las ruedas puede provocar desgaste prematuro, mayor consumo de combustible y menor estabilidad.
6. Balanceo: mantenga equilibrado el peso del conjunto neumático-rin para un mejor desempeño de las llantas. Se recomienda realizar el balanceo cuando se monten las llantas por primera vez, al rotarlas, al primer signo de vibración o luego de realizar una reparación en la llanta.
Fuente: Michelin