Usted es cuidadoso, va por su carril y conduce a la velocidad adecuada. Todo va bien hasta ahí.
De repente, en unos instantes empieza a sentir ruidos de choque y llantas chillando… El siguiente golpe es en su propio carro.
Esa cadena de eventos en la que usted terminó involucrado simplemente por estar allí, puede cambiar la expresión de su cara al preguntarse: Tiene su seguro al día?